Ayer por la tarde tuve la oportunidad de asistir al *preestreno exclusivo de Sicko, nuevo documental de Michael Moore. Sí, el gordito cagado que saltó a la fama mundial con
Bowling for Columbine cuyo tema principal son los recientes asesinatos cometidos por estudiantes dentro de las escuelas en los Estados Unidos.
“Michale Moore no me convence, siento que sus documentales están demasiado editados.”
Este comentario que
Calleja me hizo antes de ver la película provocó que agudizara mi ojo crítico y pusiera atención a los detalles que nos muestra.
El problema de la edición de documentales, entrevistas, comunicados, etc. es que puedes mostrar lo que quieras y nada más. Yo puedo dar un discurso de dos horas donde explique por qué es apropiado, conveniente y necesario para el país que apoyemos el redondeo a favor de los niños albinos somalíes con menos de tres pelos en el huevo izquierdo, pero cualquier ojete puede agarrar dos o tres frases que fuera del contexto en que se usaron cobran nuevo sentido, unirlas y en veinte segundos mostrarme como el detractor número uno de tan noble y necesaria causa.
No creo que el señor Moore recurra a tan bajo recurso, sin embargo sí hace uso de varias artimañas para generar el efecto deseado en el espectador, los niños llorando, el violín de fondo cuando hace sus reflexiones, música de suspenso cuando va a visitar/entrevistar a una persona que no comparte la idea principal del documental, etc. Y esto me parece algo que le resta valor a su trabajo, fácilmente se le podrían recortar quince minutos a su filme y sería incluso más sólido, ¿para qué llevar a unos enfermos a Guantánamo sabiendo de antemano que jamás los iban a dejar entrar?, ¿o para qué incluir la parte donde habla del cheque anónimo que le mando a su fan from hell? Pero bueno, quizá es sólo mi percepción, después de todo, ¿qué se yo de cine?
Una vez dicho todo lo anterior me gustaría pedirles que no se vayan con la finta, pues en realidad se trata de un documental buenísimo. Trata acerca del sistema de salud norteamericano, inundado de compañías de seguros que en lo último que piensan es en sus afiliados y lo compara con sus equivalentes canadiense, francés, inglés y hasta cubano (que estoy seguro que en Cuba sí se lo hicieron güey porque lo que le ofrecieron a él es lo que le dan a los turistas, no a los habitantes de la isla).
El gordito ya ha demostrado ser bastante más inteligente que el americano promedio, es atrevido, valiente, ocurrente y algo loco; se agradece esta combinación pues da trabajos entretenidos e interesantes y aunque esto no es
Bowling for Columbine vale la pena verlo (para entender lo jodidos que estamos los mexicanos, en primera al tener un sistema de salud que es una calca del americano y en segunda porque yo lo digo).
Así que mi recomendación es que vean Sicko, si les gusta, si no les gusta, si lloran, si se ríen, si se duermen, si se enferman o si se mueren no es mi pedo, total, ni los conozco… a ti sí pero me caes mal, muérete.
*Ok, ok, benditos torrents.