Hola Dios, hoy, igual que todas las noches quiero hablar contigo.
Primero quiero agradecerte (ya sé que siempre lo hago) por haberme dejado gozar de tus bendiciones otro día, por haberme permitido permanecer en esta vida durante 24 horas más, por aquel sol tan maravilloso que me deslumbró en la mañana, por los alimentos que pusiste en mi mesa a medio día y por esta cálida noche, por la casa donde vivo (gracias porque es de cemento y ladrillos y no de cartón y clavos con corcholatas) y por la familia que tengo (por mi papá regañón y mi mamá preocupona y mi pinche hermano que diario me recuerda la gran ventaja de ser ordenado, pero la gran desventaja de vivir con alguien que no lo es, gracias por ayudarme a encontrar mi Maxim donde vienen las de RBD, sabes que es mi favorita y quien sabe donde la había dejado mi carnal –o que haya hecho con ella, guacala, en este caso gracias por permitirme encontrarla limpia-).
Te agradezco también por mis amigos, porque les has dado la facultad de emularte obteniendo alcohol hasta debajo de las piedras y con cero pesos en la bolsa, porque la vez que ya sabes quien vomitó mi carro mi mamá no se dio cuenta y por la otra vez que yo lo vomité y le eché la culpa a Mario y me creyeron en mi casa.
También te quiero agradecer por este cuerpo delgado y atlético que me has prestado, sabes que no soportaría ser gordo, gracias por estos pequeños pero resistentes y ligeramente delineados bíceps, por esta sensual y varonil voz, por mi manejable y suave cabellera, por esta miradamaldita, perdón, bendita, bendita; por mi cara de niño bueno, por mi abdomen marcado y por ese gran pene que me otorgaste además claro, de las hermosas mujeres que me mandas tan a menudo para recordármelo.
Gracias por aquel fin de semana del 99 en que hiciste que los papas de ya sabes quien (¡oh Dios!, tú lo sabes todo) se fueran de viaje, ufff, ella y yo la pasamos bárbaro y aprendimos tantas cosas. Gracias también por haberte llevado a Karina a vivir a Costa Rica, si no hubieras hecho eso jamás habría cortado con ella ni me hubiera dado cuenta de lo fea y tonta que es. También te tengo que agradecer por esos pocos segundos en que se alcanza a distinguir una imagen entre toda la distorsión del Playboy Channel, y porque nunca nadie me ha cachado haciéndome una chaqueta, y por supuesto, por hacer que la vez que el papá de Gabriela nos cachó in fraganti se haya quedado tan sorprendido que se le olvidó que tenía un machete en su cuarto. No me olvido de alabarte por darme la sabiduría de saber que las mujeres siempre querrán hacer conmigo lo que les digo que nunca he hecho.
No puedo dejar de lado lo agradecido que te estoy por darme un trabajo donde puedo postear y bajar torrents sin ningún problema, aunque estaría más contento si me pagaran a tiempo, como dice la ley, aunque no la tuya, creo que deberías hacer un onceavo mandamiento: “Pagarás a tus empleados los días 15 y último de cada mes o arderás en el infierno por la eternidad con una braza ensartada en el culo”.
Ya sé que ya me tarde mucho, pero Dios, hay tantas cosas que agradecerte, como la música, gracias por hacer que los Backstreet Boys y Michael Jackson hayan dejado de hacer discos, aunque espero pronto hagas lo mismo con el Reggeaton, lo juro esa música sólo puede ser del Diablo; ahhh, y por el carro, ¿de cuántas cosas me hubiera perdido si no tuviera carro?, sólo tú lo sabes. Por último gracias por ese viaje a Holanda, y porque la prostituta que escogí sí era mujer, no como la que estuvo con mi amigo Daniel, jajaja.
Bueno Dios, me despido por esta noche, gracias por tus eternas bendiciones hacia mí, no sé que he hecho para merecerlas, pero gracias, sólo un último deseo, ojalá pueda tener sueños mojados, pero sin manchar las sábanas, ¿ok? En el nombre del padre, del hijo y del espiritú santo, amén. Baaaa-aaaaai.
Jajajaja, que divertido sería ser creyente.
Y sí, me inspiré para este post viendo una película con Chris Klein y Reese Whiterspoon, no sé como se llama.
Hermanos, vayamos en paz, nuestra celebración ha terminado.
Primero quiero agradecerte (ya sé que siempre lo hago) por haberme dejado gozar de tus bendiciones otro día, por haberme permitido permanecer en esta vida durante 24 horas más, por aquel sol tan maravilloso que me deslumbró en la mañana, por los alimentos que pusiste en mi mesa a medio día y por esta cálida noche, por la casa donde vivo (gracias porque es de cemento y ladrillos y no de cartón y clavos con corcholatas) y por la familia que tengo (por mi papá regañón y mi mamá preocupona y mi pinche hermano que diario me recuerda la gran ventaja de ser ordenado, pero la gran desventaja de vivir con alguien que no lo es, gracias por ayudarme a encontrar mi Maxim donde vienen las de RBD, sabes que es mi favorita y quien sabe donde la había dejado mi carnal –o que haya hecho con ella, guacala, en este caso gracias por permitirme encontrarla limpia-).
Te agradezco también por mis amigos, porque les has dado la facultad de emularte obteniendo alcohol hasta debajo de las piedras y con cero pesos en la bolsa, porque la vez que ya sabes quien vomitó mi carro mi mamá no se dio cuenta y por la otra vez que yo lo vomité y le eché la culpa a Mario y me creyeron en mi casa.
También te quiero agradecer por este cuerpo delgado y atlético que me has prestado, sabes que no soportaría ser gordo, gracias por estos pequeños pero resistentes y ligeramente delineados bíceps, por esta sensual y varonil voz, por mi manejable y suave cabellera, por esta mirada
Gracias por aquel fin de semana del 99 en que hiciste que los papas de ya sabes quien (¡oh Dios!, tú lo sabes todo) se fueran de viaje, ufff, ella y yo la pasamos bárbaro y aprendimos tantas cosas. Gracias también por haberte llevado a Karina a vivir a Costa Rica, si no hubieras hecho eso jamás habría cortado con ella ni me hubiera dado cuenta de lo fea y tonta que es. También te tengo que agradecer por esos pocos segundos en que se alcanza a distinguir una imagen entre toda la distorsión del Playboy Channel, y porque nunca nadie me ha cachado haciéndome una chaqueta, y por supuesto, por hacer que la vez que el papá de Gabriela nos cachó in fraganti se haya quedado tan sorprendido que se le olvidó que tenía un machete en su cuarto. No me olvido de alabarte por darme la sabiduría de saber que las mujeres siempre querrán hacer conmigo lo que les digo que nunca he hecho.
No puedo dejar de lado lo agradecido que te estoy por darme un trabajo donde puedo postear y bajar torrents sin ningún problema, aunque estaría más contento si me pagaran a tiempo, como dice la ley, aunque no la tuya, creo que deberías hacer un onceavo mandamiento: “Pagarás a tus empleados los días 15 y último de cada mes o arderás en el infierno por la eternidad con una braza ensartada en el culo”.
Ya sé que ya me tarde mucho, pero Dios, hay tantas cosas que agradecerte, como la música, gracias por hacer que los Backstreet Boys y Michael Jackson hayan dejado de hacer discos, aunque espero pronto hagas lo mismo con el Reggeaton, lo juro esa música sólo puede ser del Diablo; ahhh, y por el carro, ¿de cuántas cosas me hubiera perdido si no tuviera carro?, sólo tú lo sabes. Por último gracias por ese viaje a Holanda, y porque la prostituta que escogí sí era mujer, no como la que estuvo con mi amigo Daniel, jajaja.
Bueno Dios, me despido por esta noche, gracias por tus eternas bendiciones hacia mí, no sé que he hecho para merecerlas, pero gracias, sólo un último deseo, ojalá pueda tener sueños mojados, pero sin manchar las sábanas, ¿ok? En el nombre del padre, del hijo y del espiritú santo, amén. Baaaa-aaaaai.
Jajajaja, que divertido sería ser creyente.
Y sí, me inspiré para este post viendo una película con Chris Klein y Reese Whiterspoon, no sé como se llama.
Hermanos, vayamos en paz, nuestra celebración ha terminado.