Hace dos días utilicé una de esas páginas que te permiten revisar quien te ha bloqueado en el msn, debido a que cierta bloguera ingrata lo había hecho conmigo (no, no voy a poner el link, ella sabe, pero la perdono, así de buen pedo soy). Al ver los resultados no hubo ninguna sorpresa, pero sí algo que me hizo soltar una carcajada, ver el único contacto que me tiene bloqueado (la bloguera antes mencionada ya me había levantado el castigo), pero más que eso fue el recordar la historia tan sui géneris que llevó a tales condiciones…
Era un día soleado del segundo semestre del año 2005, yo caminaba a la sombra de los robles –no eran robles, pero no me sé el nombre de otro árbol- que están a tres cuadras del Instituto Tecnológico de Querétaro. Me iba alejando rumbo a mi casa, medio día, mis audífonos reproduciendo a Greenwheel y mi mente decidiendo si me veo más guapo del lado derecho o del lado izquierdo, cuando de pronto alguien me empareja y por encima de la música me parece percibir que ha dicho algo. Amable como soy volteo a verla mientras me quito los audífonos, es alta, morena, cabello oscuro (afortunadamente, mueran las morenas rubias), ojos grandes, no es gorda, tiene forma, más no el cuerpo de una reina de belleza. Seguimos caminando mientras hablamos:
-Hola – me dice tímidamente.
-Hola – respondo mientras noto que ella respira agitadamente.
-Caminas bien rápido ehhhh, vengo desde dos cuadras atrás siguiéndote y gritándote, pero no escuchas, has de traer la música bien fuerte.
-Pues algo, no mucho, y… ¿qué quieres?, así camino yo.
-Bueno, hola Jorge.
-Hola, tú te llamas…
-Dasfqsbjsabcqa
-Ahhhh, hola Dasfqsbjsabcqa, te he visto en alguna materia que tomamos juntos.
-Sí, desde el semestre pasado tomamos una materia juntos.
-Sí, recuerdo. ¿Y qué me cuentas?
-¡¡¡¡MULDEEEEERRRRRR!!!! –escuchamos a todo volumen tras de nosotros.
Volteamos y era Yaya, una de las viejas más poca madre que he conocido, pero de fugaz paso por mi vida. Agradecí al cielo que haya aparecido ella justo cuando las cosas se comenzaban a poner incómodas, las presenté y las siguientes cuatro cuadras me dediqué a platicar con Yaya y de vez en cuando lanzaba un comentario o pregunta a Dasfqsbjsabcqa para no verme como un completo culero. Repentinamente ésta última se detiene y nos dice que se despide, pues tiene que regresar a la escuela.
Yaya y yo damos una docena de pasos y comienza el interrogatorio:
-¿Quién es ella?
-Saaaaabe.
-¿Cómo que sabe?
-Sí, sabe, me alcanzó y se me presentó dos minutos antes de que llegaras.
-Uyyyyy, galán ehhhh.
-Naaa, ha de querer ayuda para estudiar o algo.
-Y entonces… ¿caminó hasta acá alejándose de la escuela nomás para platicar contigo?, ¿y ahora se va a regresar la pobre?, jajajajaja, galáaaaaan.
-Que no quiere conmigo, cállate.
-Galáaaaaan.
Paréntesis.
Pinche Yaya, a ver cuando te dignas a aparecerte y nos vamos por unas cheves.
Se cierran paréntesis.
Al cabo de tres días me agregó un contacto al msn, su mail era así: Dasfqsbjsabcq@hotmail.com. Sí, era ella, comenzamos a platicar y al cabo de unos 20 minutos (que rápido agarran confianza estas muchachas hoy en día, y uno que es chapado a la antigua) me propuso lo siguiente:
Dasfqsbjsabcqa dice: oye, tengo una idea
Mulder dice: yo tengo muchas
Dasfqsbjsabcqa dice: jajaja, bueno menso pero de nosotros, mira, a ver que te parece
Mulder dice: ¿uh?
Dasfqsbjsabcqa dice: estaría bien si nos escribiéramos cartitas, pero que tuviéramos nuestro propio alfabeto con símbolos raros para que sólo nosotros entendiéramos lo que nos escribimos, ¿qué te parece?
Mulder dice: jajajajajajajaja, ¿de dónde sacaste esa idea?, ¿de una caja de cereal?
Dasfqsbjsabcqa dice: ayyyy, estaría padre
Mulder dice: jajajaja, no, ¿qué no eso era en secundaria?
Dasfqsbjsabcqa dice: ay, eres un amargado
Y pasamos a otro tema. Por supuesto que al día siguiente yo llegué con mis amigos de confianza poniendo mi mejor cara de susto mientras decía:
-Nooooooo mamesssssssss
-¿Qué?
Y les conté la historia desde la vez que se me apareció camino a mi casa. Por supuesto que para mi manera de ser, y la de mis compas, esa forma de actuar nos pareció ridícula, graciosa y pues los cabrones no paraban de burlarse de mí, de lo cual no hay pedo, yo no hice nada, pero la cosa continuó.
Otro día chateando:
Dasfqsbjsabcqa dice: oye, ya que no aceptaste esa idea tengo otra, mira
Mulder dice: a ver
Y por dentro era: nuuuuuu mamesssss, nuuuuuu
Dasfqsbjsabcqa dice: podemos escribirnos cartas, bien, en español, pero en vez de dárnoslas vamos a la biblioteca y las dejamos adentro de un libro, pero que lo que diga la carta tenga que ver con lo que diga la página del libro, y nomás nos damos la ficha del libro para ir a buscarla
Mulder dice: ehhh… mejor si me quieres escribir una carta me la das y ya, te la contesto y te la doy
Dasfqsbjsabcqa dice: ayyyy, le quitas lo divertido
Mulder dice: seeeeeee
Por supuesto que de nuevo tuve que desahogarme con mis amigos, no me podía quedar semejante derroche de cursilería para mí mismo. Incluso platicando a parte con Kena, otra amiga, me decía:
-No manches, es que pobre chava, de plano se ve que no te conoce.
-Pero no mames, aunque no me conozca, ¿qué es eso?
-Ay, pobrecita, pero pues es tu culpa.
-Ahhh chinga, ¿mi culpa por qué?, ¿por no caminar más rápido?
-Jajaja, no menso, es tu culpa porque tú aparentas ser un chavo así todo tierno, todo lindo.
-Ahhhhhh chinga, ¿y eso de dónde?
-Nooo, o sea, sí, ya que te conoce una sabe que nada, NADA que ver, pero para alguien que sólo te ve a la distancia pues sí das esa impresión.
-Jajaja, chale.
Al poco tiempo, yo iba saliendo de la escuela y ella iba entrando, me pidió que me esperara y sacó una hoja doblada de su mochila. Era como una carta de presentación donde me daba muchos datos acerca de ella, incluyendo sus flores favoritas “por si se me ofrecía”. Bueno, era algo menos cursi que lo anterior pero jamás le contesté. Eso no la molestó.
Después vino el cumpleaños de Toño, el ojete la invitó a su fiesta nada más por joderme, y le aventó varias indirectas muy directas frente a mí, pues yo le debía unas desde tiempos de prepa cuando le aventé a una vieja que… digamos… no era nada agraciada.
Para esos tiempos la pobre ya era apodada “la psycho”. Quiero aclarar que a pesar de todo yo jamás la llamé por ese apodo, nomás me reía cuando lo decían. Serio.
El problema fue que algunos de mis amigos ojetes tomaban materias con ella, ¿verdad Fave?, ¿verdad Mamey? Pues estos pinches culeros no dejaron de burlarse ni un día, gritando pendejadas desde la parte de atrás del salón a media clase. ¿Y ahora resulta que la culpa es mía? ¡Ja, pos esta!
Pasó el tiempo y la vieja se hizo compa de mis amigos los que se burlaban de ella (wtf?!!). A mí nunca me volvió a hablar, pero a uno de ellos le dijo que… snif, me duele, le dijo que:
-Es que Jorge es como cuando vas caminando en la calle y ves a lo lejos algo tirado que brilla y crees que es una moneda de oro, pero ya que la recoges ves que es una moneda de chocolate.
-Ay no mames.
Chale, ¿qué pedo con su metáfora? En fin, resulta que la culpa es mía por andarle contando a mis amigos. ¡¡Pos chinga!!, ¿a quién le pasa algo cagado y no se lo cuenta a sus cuates? No es mi culpa que estos ojetes de mierda (que de seguro irán corriendo a decirle que lea esto) se burlaran de ella en su jeta.
Y así pues, la vieja me tiene bloqueado en su msn, no me puede ver ni en pintura y seguro me hizo vudú por algún tiempo. ¿Y si le escribo una carta?