Chale, mi blog

Hace chingos que no escribo un post, ¿se fijan? Escribir, me refiero realmente a escribir, porque también tiene chingos que no posteo de manera regular, pero los últimos posts han sido conversaciones idiotas por msn o… conversaciones idiotas por msn.

El dejar de escribir ha debilitado si no es que casi matado mi sexto sentido blogoso (ese que te hace pensar: “¡esto es algo que puedo desarrollar hasta convertirlo en un post!”). Todavía hay cosas que me despiertan esas ganas de sentarme frente al teclado a escribir como idiota durante un buen rato, pero entonces recuerdo que tengo una película por ver… o una serie, o un comic por leer, o un juego por jugar, o un libro por leer, o un juego de fútbol se atraviesa en mi agenda, o salgo tarde del trabajo, o tengo que escribir para Metatextos, o ando bien pinche desvelado y tengo que dormir, o tengo que salir con una mujer inteligentísisisima (lo cual es sexy, muy sexy) que además es guapísisisisima y cagadísima –y que invariablemente acaba de terminar con su exnovio de mucho, mucho tiempo, lo cual hace más lento el proceso… odio a los exnovios-, y entonces, pues ya no escribo.

En el párrafo anterior mencioné el trabajo… podría debrayar durante cuartillas enteras al respecto pero a ustedes no les interesa y yo ya sé lo que pasa, ahorrémonos todo eso y saltemos a la conclusión: soy un cabrón, gracias, gracias.

Hace poco el buen Crayón (tal vez alguno lo recuerde por blogs como el Toaster o Crayotitlán) me trató de convencer de usar Twitter. Dio buenos argumentos, pero sigo pensando que es una mamada decir lo que esta haciendo uno en tiempo real, como si tuviera mi séquito de fans (que lo tengo) esperando a ver qué estoy haciendo, dedicando su tarde entera a ver a qué hora actualizo esa madre, o a donde voy a ir para caerme y arruinarme el buen rato que iba a pasar. Ya en serio, he estado pensando si comenzar a usar esa madre, hasta el momento va ganando: no.

Tengo ganas de revivir este blog, me ha traído una y mil cosas chingonas, y aún cuando lleva ya un buen rato moribundo me siguen llegando situaciones agradables gracias a él. Y como me conozco, tengo que hacer una lista de los futuros posts, porque si dejo este “regreso” abierto, no voy a escribir nunca. Desde hace tiempo quiero escribir de Bengala, la genialidad de Los Planetas, mi fiesta de graduación, que en realidad no era mi fiesta, un post medio serio-cuasimaduro acerca del cambio de estudiar a trabajar, quisiera escribir algo respecto a la actitud de la gente ante la vida, pero Cornejo lo hace ya –y muy mal por cierto-, me pregunto si será posible escribir algún libro o texto medianamente bueno de superación personal… lo dudo. Tengo una idea para una novela, he trabajado –no mucho últimamente- en la maqueta, quizá podría publicarla aquí por capítulos. Sabe. Por alguna razón me dejó de gustar escribir posts personales-sentimentales aquí (¬¬ no, no soy puto, me gustan las viejas), pero no me gusta lamentarme por nada, y aunque escribir me ayuda a desahogarme, prefiero no mostrarme vulnerable, a menos que sea de una manera elegante y chingona (como en mi post del 24 de diciembre).


Otro gran problema es que me alejé por completo de los blogs, ya ni siquiera los leo, eso debe ayudar a que mi sexto sentido blogoso permanezca dormido. Y ya no sé qué otra pendejada poner, así que de momento, me comprometo a postear dos veces a la semana cuando mínimo, uno será post escrito, otro seguro una conversación idiota por msn… ¿por qué seré y me juntaré con pura gente tan mamona? No sé pero que bueno. ¿Les había dicho que el cabrón que más me hace reír en todo el mundo soy yo? Ahhhh, me cae que me caigo a toda madre. Neta.