Ay que chulo me veo

Algunos dicen que los piercings son demasiado gays; otros que son muy corrientes, nacos; mucha gente todavía piensa que son para criminales; otros simplemente no les encuentran sentido y creen que son para inmaduros o borregos.

Eso me hace un criminal gay inmaduro corriente y naco que hace cosas sin sentido. Salvo por lo de gay, no me quejo.

Hace ya algún tiempo que escribí este post donde podemos ver como es que Dante (alias “el chango” y más recientemente “el puto”) fue perforado por el carnal de un amigo. Ya desde entonces había mostrado yo el interés por hacerme una perforación (sin albur culeros) y como se me presentó la ocasión de que me saliera bara bara, pues accedí.

Lo primero era decidir donde: en la ceja es donde probablemente más me gustaría, pero no sé si esté permitido en el trabajo, y definitivamente no iba a pedir permiso; en la lengua no me gusta, debe ser bastante incómodo y tendría que hablar como idiota durante algunos días, privando así al mundo de mi seductora y varonil voz; en el ombligo es pa’putos; más abajo ni pensarlo, no gracias, así estoy bien, no necesito adornitos; así que sólo quedó en un pezón, que es para cabrones sexys de a madres como yo.

El problema es que el mundo se empeñaba en que yo no me perforara un pezón: primero, y hace como 8 meses, sin afán de sentar precedente, el buen Zanatta me comentó después de haberse perforado uno que duele de a madres, que no se compara con el dolor de un tatuaje y que de verdad quiso llorar pero se aguantó; sabiendo que este cabrón no es nada chillón, esto me decía que de verdad dolía; después, cuando fui a comprar el piercing y el punzacat (del 14), al comentarle a la señora que iba a ser en el pezón me dijo: “uyyyyy joven, prepárese porque le va a doler un buen”; al principio sí me dio mello chinga, pero pensé: “yo soy cabrón” y de verdad lo soy, así que decidí que no me iba a doler mucho; pero cuando le comuniqué a mi cuate y a su carnal que iba a ser en el pezón, estos sólo se voltearon a ver, pusieron cara de dolor y voltearon a verme de nuevo para mandarme a comprar un chocolate porque se les suele bajar la presión a los cabrones que se perforan ahí.

Así que regresé de comprar mi chocolate, puse la cara de puto que mejor me salía y:

Chale, tengo una cara de marica al principio que no puedo con ella, que pena (eso sí, la burla al chango no podía faltar: "¿quién soy, quién soy?"). Ya luego se va componiendo el asunto, y traigo rojo el pezón porque me había puesto hielo. La verdad casi no me dolió, les dije que soy cabrón.

Y así, ya tiene eso más de una semana (martes 30 de enero) y todo va poca madre, el miércoles sentía una ligera sensación de dolor, el jueves ya como si nada, incluso me llegue a lastimar al tocarme sin recordar que tenía eso ahí, pero muy leve, desinfectándome diario con alcohol. El viernes ya podía girar el aro. El problema fue el domingo al jugar fútbol cuando un pendejo decidió que era muy buena idea correr de frente hacia mí y frenarse contra mi pecho. Dolió algo, por su puesto que no salí del juego, pero a partir de ahí cada carrera que daba sentía un pellizco. En fin, para el lunes ya todo como si nada y hoy, todo casi completamente curado.

Si alguien tiene ganas de hacerse una perforación, mi consejo es que no se quede con las ganas.

Yo ahora voy por mi tatuaje, yeah, espero que para fin de año.