Un Ratito Nomás

- Lástima que no tenga ninguna foto de mi ex vieja – me dijo dejando entrever un poco de nostalgia.
- ¿No tienes?, yo tengo algunas – respondí.
- No mames, ¿y qué haces tú con fotos de mi ex vieja? – salió inmediatamente de su boca, acompañado de un ademán que denotaba una enorme sorpresa.
- Jeje, pos estaba guapa cabrón, a mí me gustaba – decidí ser sincero.
- Ahhh jijuelachingada – fue lo que escuché mientras un puño amigo se estampaba en mi hombro derecho.


Tuvieron que pasar dos años para llegar a esta otra conversación:

- Sin duda era poca madre esa vieja, me llevaba de lo mejor con ella – afirmé mientras hablábamos ahora de mi ex novia.
- Es que era una persona bien agradable, bien amena, se la pasaba riéndose, así toda chiquita, toda bonita, era de lo más fácil llevarse bien con ella. – comentó mientras comencé a mirarlo extrañado, se formaron nubarrones en mi mente, pero de pronto saltó esa idea, la sospecha.
- Te gustaba, ¿verdad cabrón? – le dije mirándolo a los ojos y con una sonrisa que no trataba más que darle confianza para que fuera sincero.
- Jejeje – no me respondió más que risas nerviosas, esta vez fue mi puño el que se estrelló con su hombro izquierdo.
- Jajaja, pinche vato, ¿ya ves?, ¿para qué le hacías a la mamada cuando te dije que me gustaba tu ex?, ¿por qué no me dijiste esa ocasión?
- Pos no se compa – y te encogiste de hombros.
- Así que a mí me gustaba tu vieja, y a ti te gustaba mi vieja, chale, hubiéramos echado cambio un rato, nomás un ratito, no hubiera estado mal.
- Jajaja, no seas mamón.
- Y... tantas citas dobles y tú te estabas fijando en mi vieja y yo en la tuya, jajaja, que mamadas – esta vez no pude evitar sonreír ante la irónica situación.
- Eran hermanas, supongo que es normal.
- Sí, aunque a pesar de ser hermanas eran muy diferentes.
- Dímelo a mí, agarraste a la buena y me dejaste a la mala.
- Pero la tuya estaba más buena.
- Eso sí.
- Hubiéramos echado cambio un rato, un ratito nomás.