“Eres una nena”

-Lo soy. Realmente lo soy.

Lo acepté, tú lo dijiste y yo lo acepté, soy una nena, pero no puedo soportar el hecho de ver a alguien tocarte y no ser yo. Aunque sé y me diga y me repita (y me repitan) que no significa nada, no soy yo.

Hoy lloré por ti, finalmente, tras cinco años de aguantarme y decirme a mí mismo que no valía la pena, hoy lloré por ti, el llanto más sincero y amargo que he experimentado en estos veintiún años de existencia, me vale verga, y seré una nena, pero no lo soporté más.

Es irónico, pensé que si alguna vez regresabas sería directo a mis brazos, que yo sería feliz y tú también, me mataría por hacerte igual de feliz. Nada más alejado de la realidad, me mato por olvidarte y me cuesta los dos huevos y medio kilo de verga y aún así no logro ni siquiera vagamente hacerlo. Apenas te veo y ya todo es igual, tú perfecta y yo tan lejos de tus intereses.

Y como dice la canción: “you don’t know what it’s been like, meeting someone like you”. Y me duele, me duele que me cuesta cada pieza de mi ser parecer normal frente a ti y tú no demuestras la más mínima pizca de dolor, si quiera de nostalgia o de interés pasado. Tú eres como una estela de perfección que sobrelleva todo y me deja a mí el sufrimiento, la nostalgia, la culpa y la tristeza de los dos. Mierda. Hoy lloré. Por primera vez lloré desde el corazón por una mujer.

Mañana te voy a ver, y yo voy a ir acompañado, y voy a pretender ser feliz, y tal vez te la creas. No es cierto, sólo contigo lo sería. Y comenzaré a vivir una mentira y tal vez cuando lo sepas sea demasiado tarde, pero da igual, yo seguiré intentando alejarme de ti.

Y te escribí dos textos que no publicaré en este blog, esas 12 y 2 hojas respectivamente serán secretas hasta que considere que son las circunstancias adecuadas para que las leas. Mientras tanto, Marybel, yo me trago solo mis penas y te digo: “hasta luego, tal vez algún día, tal vez. Por ahora, yo estoy demasiado dañado, por ahora no”.

Mierda, sólo quiero que sea mañana.