De Camelot a Macedonia

Hace cosa de año y medio comenzaron a salir montones y montones de películas acerca de historias épicas o mitologías. Dicen que el cine se esta quedando sin creatividad y por eso esa nueva ola de re-makes o historias ya contadas.

Bueno, este fin de semana tuve la oportunidad de ver dos películas pertenecientes a esta camada: Rey Arturo y Alexander.

Comencemos con el Rey Arturo: me gusto un chingo. Pero un chingo. Comencé a ver la película ya noche, desvelado del día anterior y no me acordé que tenía sueño sino hasta que esta terminó.



Primero, y cosa que yo no sabía, la película no nos cuenta la ya conocida historia del Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda, Camelot, el mago Merlín, etc. No, bueno si. Es decir, la película nos relata la historia en la que se basa (o creen que se basa) todo el mito del ya mentado Arturo. Vamos, en este filme ni siquiera es rey.

Las actuaciones son a mi parecer, buenas. Clive Owen (que la hace excelente de Dwight en Sin City) no es precisamente la imagen que uno (al menos yo) esperaba de un rey tan famoso. Pero eso le otorga cierto valor (una vez más, de acuerdo a mi escala) a la película. Keira Knightley luce un rostro cautivador, simplemente bellísima. En general, todos los caballeros son muy bien representados. También me agrado bastante el hecho de que se muestre como Lancelot es el caballero más cercano a (Dios no, ese es Shaka de Virgo) Arturo.

Mención aparte merece Bors. NO TIENE MADRE. Sin duda alguna, uno de los mejores personajes que he visto a lo largo de mi vida en cualquier película. Poseedor de un humor sarcástico inigualable, equiparable quizá al de Hellboy (también véanla), pero aún mejor. No desperdicia un solo argumento, ni un gesto a lo largo de toda la película. Me hizo reír más que una película de… de…, bueno, que una película muy, muy graciosa.



Y si bien, hay un momento en que parece que se va a caer en la típica historia medieval ya vista una y otra vez en el cine, se supera eso y se logra un buen final (con muchos muertos).

Tengo que admitir que quizá el hecho de que se pasen a la Iglesia por los huevos una y otra vez durante la película influye en algo mi juicio, pero también está el hecho de ver como se derrumba la ideología de un hombre, y su manera de afrontarlo (que esa sí es Joligudesca).

Las enseñanzas que me deja esta película son: uno, ningún hombre puede evitar la cara de idiota al ver entrar a su cuarto a una mujer en camisón; y dos, Arturo era un chaco.

Y como ya mencionaba, también ví Alexander… sin comentarios.