A la caza del MAXIGANSITO

Envidia: es una emoción experimentada por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La base de la envidia es el afán de poseer y no el deseo de privar de algo al otro, aunque si el objeto en cuestión es el único disponible la privación del otro es una consecuencia necesaria. – Wikipedia.

Envidia: tristeza por el bien ajeno. – Diccionario Academia.

Envidia: pesar del bien ajeno. 2. emulación, deseo honesto de superar a otro. – Gran Diccionario Enciclopedico Ilustrado del Reader’s Digest.

Pues bien, ahora que ya sabemos lo que es la envidia, me atrevería a decir que lo que sentí fue aún mayor al leer éste post de Calleja, donde presume el MaxiGansito que consiguió en la capital poblana.

Sí, desde niño he gustado de ese delicioso pastelillo relleno de crema y mermelada, cubierto con chocolate. Congelado es un manjar digno de los dioses, al menos para mi paladar.

En alguna ocasión que me encontré con el Lord of the Orange tuvimos una conversación más o menos así:

Mulder: No mames, tu post del MaxiGansito, me tengo que comer uno.
Calleja: Ahh si, todos creen que es falso, pero ni madres.
Mulder: Si, ya se, yo vi uno en Gigante, pero no llevaba varo, así que no me lo pude comprar. Pero en cuanto vea uno.
Calleja: Ya te la pelaste, eso solo fue promoción por el día del niño.
Mulder (con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada): ahh, no mames, tendré que esperar hasta el próximo año.
Calleja (soltando una carcajada diabólica mientras los ojos se le tornaban rojos y la voz grave): jajaja, así es.


Ni pedo, me resigné. Pero… grande fue mi sorpresa, al ir a la tienda que más odio (se tardan un chingo en atenderte, tiene un desmadre y huele bien pinche feo), y mientras esperaba para que me cobraran, observaba un punto ciego pensando en esas cosas tan importantes que yo siempre pienso, cuando de repente, sin razón alguna, al enfocar la mirada, lo ví, justo ahí, llamándome: “papi, llévame contigo, cómeme”. De inmediato lo tomé en un rápido movimiento, no fuera a ser que un escuincle malcriado lo cogiera para solo comerse la cuarta parte o menos.


Y así, feliz rumbo a mi casa. Al llegar de inmediato lo metí al congelador. ¡Dos días dos! estuvo ahí. Fue difícil, pero logré controlarme durante ese tiempo. Mi plan: comérmelo todo de un jalón, pues leer en el blog naranja que su dueño no lo pudo hacer me significó un reto, casi una ofensa.





No podía quedarme de brazos cruzados, Calleja me había engañado, así que de inmediatamente le recriminé, pero lo negó todo:

Desgraciadamente, tras una suculenta comida, que incluía varias rebanadas de pizza a la mexicana de La Tómbola*, y ante la ausencia de postre, decidí abrirlo y comerme una quinta parte. Así fue y de regreso al congelador.


El día siguiente fue el gran día, tras una ligera comida: el postre, el gansito, el MAXIGANSITO.

Comencé con prudencia, sabía que me esperaba una gran labor:

Disfrutando cada bocado:

Poco a poco yo iba ganando terreno:

Llegó un momento en que las cosas se tornaron difíciles, tuve que concentrarme para poder continuar:

Y fue entonces cuando tuve una revelación, el MAXIGANSITO comenzó a hablarme, al principio casi no le entendía, pero después todo fue muy claro, por fin comprendí todos esos sueños premonitorios anunciando que “Mulder se la come…”:

Mulder se la come… hasta la envoltura, eso era, ¡¡Eureka!! grité, y me dispuse a continuar con mi labor, ahora con más empeño que antes:

Hasta que por fin, el más mínimo rastro de chocolate fue eliminado-deglutido, lo había hecho, el triunfo era mío:

No sentí malestar, ni agruras ni nada, solo una enorme felicidad, un estado casi absoluto de paz conmigo mismo. Estoy seguro (al contrario del poseedor del blog naranja) que puedo acabarme un MAXIGANSITO de un jalón sin ningún problema. Cuando quieras Calleja, dos MAXIGANSITOS, un jurado, tú y yo. No te tengo miedo.

Y justo cuando creía que había acabado todo, y presumía mi hazaña, me topo con esto:

¿Un ser humano, mexicano que jamás ha probado un gansito si quiera?... sin palabras.

*Pizzería La Tómbola: las mejores pizzas de Querétaro, si vives aquí y no las has probado eres pendejo, así de fácil.